¿Y ahora qué sigue?

Cumplí 45 este año. No pensé que llegar a la mitad de los 90 sería tan perturbador para mi paz interior como lo ha sido, pero aquí estamos, a un cuarto de año, y con una necesidad irresistible de reinventarme por completo. ¿Estoy entrando en mi era de "Comer, Rezar, Amar"? Quizás sí, pero lo acepto sin problema.

Llevo trabajando en la industria floral desde 2019 y en una tienda en Nashville desde hace cuatro años. Decidir no renovar mi contrato de arrendamiento me llevó un mes (y estoy segura de que cansé a mis hijos con tanta reflexión externa). Pero finalmente llegué a un punto en el que, por muy agridulce que sea el final de nuestra etapa en nuestra tienda, estoy lista y emocionada por lo que viene.

Se siente un poco como la graduación del instituto, cuando todos los amigos de tus padres te preguntan a qué universidad vas o qué sigue, y la verdad es que no tienes ni idea, pero aun así dices algo. Aunque no estoy del todo segura de los detalles de mi próxima mudanza (¡deja de ser tan curiosa!), sí sé una cosa: estoy muy emocionada de tener más tiempo y flexibilidad financiera para viajar una vez que haya superado los gastos mensuales de tener un local comercial. La economía está fatal ahora mismo, amigos, y cualquier forma de ahorrar es una victoria para mí.

Ahora mismo, lo que sigue es ver a Rhett y Link aprender a herrar un caballo en YouTube mientras planifico una boda en Nueva York que estoy planeando para junio. ¡Una pareja joven casándose en Central Park en junio me parece perfecto!

Mi lista de cosas por hacer en este momento incluye: